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miércoles, 11 de junio de 2014

Perdida entre ruinas

Me he enamorado de la melancolía, 
de sus ojos grises y su sonrisa triste de lluvia. 
Del otoño y su canción decadente, tatareada solo a medias. 
Del oro antiguo que huele a polvo,
de los candiles ya extintos
de la pólvora que no llegó a prender
y del beso de la nieve, que es frío,
tanto como pueden serlo unos labios de callejón a medianoche
como la pupila de un gato
o el estertor de la lechuza.
Y llorar tinta al asesinar a mis personajes
Y reírle las gracias a esa parte de mi mente que es negra
sarcástica
que nadie entiende.
Me enamoran los zapatos gastados
las medias rotas que destilan agonía
la luz difusa tras unas cortinas.
la bruma matutina que niebla el camino.
Qué bonito eres cuando bajas las pestañas
¿Quién fue el idiota que pintó las musas como entes femeninos?
Adoro perderme entre tus ruinas,
y abrazarme a las piedras, como las raíces de los robles, que poco a poco
día a día
te quiebran.
Me he enamorado de la melancolía.
de las cosas rotas, de las piedras marchitas.